Will, de mi mejor amigo a mi amante. (Cap.1)

Estoy emocionado, Will me ha enviado un mensaje diciendo que va a venir a mi casa en media hora. Mis padres están fuera de la ciudad visitando a los abuelos, y he quedado en casa solo con mi perrita, Leticia.

Mientras me desnudo para darme un baño, enciendo la música para amenizar el tiempo en la ducha y relajarme un poco, ya que la presencia de Will siempre me pone a mil por hora. Me quito la camisa blanca de mangas cortas, y posteriormente desabotono los shorts para dejarlos caer, deslizándose por mis piernas, quedándome sólo en los boxers de color negro que tanto me encantan. Enciendo la ducha, el agua está fresca y perfecta para el calor. Me miro en el espejo y pienso en lo afortunado que soy por tener un cuerpo atractivo y marcado por el ejercicio que 

suelo hacer al menos 4 veces por semana. Mis boxers tocan el suelo y yo entro a la ducha para dejar que el agua recorra mi cuerpo.

Aproximadamente a los 30 minutos de estar en la ducha, salgo y me pongo una toalla alrededor de la cintura. Salgo a mi habitación y dejo caer la toalla al piso; no sé por qué tengo la costumbre de ponerme la toalla, si nunca hay nadie en mi habitación.

Quedé listo, me puse unos shorts deportivos de color negro y nada por debajo, también me puse un polo blanco que tiene una franja de colores en el pecho, esta ropa me hace ver muy atractivo.

Suena mi celular, es Will diciéndome que abra la puerta de la cochera porque ha llegado en su motocicleta y no quiere dejarla en la calle. Bajo inmediatamente, y a los tres minutos ya estamos en mi habitación comiendo helado y viendo qué película poner en Netflix. Ambos estamos sobre las sábanas blancas de mi cama, Will también lleva unos shorts, pero de color blanco, que dejan apreciar sus boxers negros que lleva por debajo. Su polo es de color negro, lo que lo hace extremadamente sexy y muy atractivo. 

Terminamos viendo The Walking Dead, es su serie favorita y siempre me habla de ella. Después de unos 3 capítulos, me mira a los ojos y me sonríe, yo le sonrío también. Siento que algo quiere decirme, así que le pregunto. ¿Pasa algo?

- No, nada. La estoy pasando bien. Solo que hace mucho calor.

- Sí, hace demasiado calor. ¿Gustas algo de tomar?

- Claro, vamos a la cocina. Y vemos qué hay.

Mientras bajamos a la cocina, me lanza una mirada de complicidad y vuelve a sonreír. ¿Y ahora qué pasó?, pregunto. Es que quería proponerte algo, él responde. Claro, dime, yo le contesto.

- ¿Alguna vez te la jalaste junto con un amigo?

- No, respondí inmediatamente, algo sonrojado.

- Bueno, la verdad es que yo lo he hecho un par de veces, no sé qué te parece si al subir ponemos una peli algo hot y nos la jalamos.

- Uhm, me da palta, loco. Nunca he hecho eso.

- ¡Vamos, no seas gil! Es solo una paja entre amigos. Lo que pasa es que quedé con una amiguita para pasarla bien, ya tú sabes, pero al final me canceló y me dejó muy caliente.

No respondo nada, pero la propuesta de Will me da mucho morbo, iba a poder ver ese delicioso pedazo de carne, y luego ver su lechita salir a chorros.

Tomamos un jugo de naranja y volvemos a la habitación. Estoy algo nervioso, no sé cómo hacerle conversación, parece que estuviera con un Will diferente al amigo cándido y dulce que estudia  conmigo. Este Will está muy llevado por la calentura, pero cómo me encanta esta versión (hasta ahora desconocida de Will).

Empiezo a sudar y mientras él revisa su celular, yo aprovecho y le digo que voy a tomar una 

ducha porque está empezando a hacer un poco más de calor, además me siento algo pegajosoporque se nos derramó un poco de helado mientras veíamos la película.

Ingreso rápidamente en la ducha, tratando de ocultar la fuerte erección que me había causado la conversación con Will y la idea de tener su verga frente a mis ojos me estaba volviendo loco. 

Me desnudo. Enciendo la ducha. Ingreso, el agua empieza a caer por mi cuerpo, cierro los ojos, trato de relajarme y hacer que la tremenda erección se me baje. No puedo.

Imagino a Will ahí conmigo en la ducha, dejándonos llevar por nuestras más bajas pasiones, siento su mirada lasciva recorriendo mi cuerpo marcado por el ejercicio. Un cuerpo latino que atrae miradas de más de uno cuando camino por las calles. Cada vez mi mente empieza a maquinar más la idea de tener a Will allí conmigo, el agua cae y el sonido que produce se escucha como si fuera a la distancia. Estoy tan concentrado en mis pensamientos, que sin darme cuenta he empezado a acariciarme. Tengo una mano en el cuello y la otra en el pecho, mi cabeza apunta hacia el techo y mis ojos permanecen cerrados. Todo transcurre lentamente, de repente siento como una mano se posa sobre mis nalgas y las acaricia con suavidad. No puedo ser yo el que las acaricia; mis manos están ocupadas en mi cuello y pecho. Abro los ojos y veo a Will con la mirada clavada en mí, y con una erección sobrenatural que abrazaba con su mano derecha.

Me quedo paralizado por unos segundos, intento balbucear algunas palabras, pero Will inmediatamente lleva su mano con la que se había tocado la verga hacia mi boca.

- Shhhh, no digas nada. Sólo déjate llevar.

Se quita el polo en menos de un segundo, ingresa la ducha aun con sus shorts puestos, y el agua inmediatamente hace que se le marquen los boxers negros que lleva puestos. La situación me calentó sobremanera. Se para frente a mí, sin quitarme la mirada de los ojos, tiene mucha lujuria. Me agarra con ambas menos del cuello y acerca muy lentamente su boca hacia mi oreja, sin quitarme la mirada de encima. - Sé que te mueres porque esto suceda. Me dice con voz firme y varonil mientras su lengua empieza a tocar mi oreja y mi piel se pone de gallina. Sus movimientos son suaves, pero la intensidad va aumentando paulatinamente. Ahora tengo a Will comiéndome la oreja y el cuello mientras el agua recorre nuestros cuerpos, yo desnudo y él aun con shorts.

- No sabes cuánto me excitó verte en esos shorts desde el momento en que ingresé a la cochera.

Su mano izquierda baja bruscamente hacia mis nalgas, mientras la otra permanece en mi hombro derecho. Acerca su dedo índice hacia la entrada de mi ano, empieza a hacer círculos suaves, pero firmes. Su sonrisa es de un conquistador. Se detiene, e inmediatamente con su mano derecha hace que me agache y quede de rodillas frente a su hermoso paquete, se pueden apreciar unos 19 cm por encima de esos shorts. Con ambas manos se los baja, así como también sus boxers, dejando ante mis ojos sus hermosos 19 centímetros de pura carne venosa con la que tantas veces he fantaseado.

- ¿Qué esperas? ¿No es esto lo que tanto has querido? ¡Métetela a la boca y chúpamela!

No lo dejé terminar la frase y ya tenía mis labios bordeando su glande, aun conserva su olor a macho y a líquido preseminal, con una mano agarro sus huevos y con la otra me apoyo en sus caderas. Suavemente introduzco su mástil en mi boca, es enorme. Siento la punta de su glande tocar el fondo de mi garganta, mientras un suspiro sale de él. Levanto la mirada, sin sacarme su verga de mi boca, lo veo recostado en la pared, con los ojos cerrados, jadeando. El agua cae por su barbilla.

No quiero que el agua arruine el sabor de su verga, así que, con la mano con la que me sostenía de su cadera, cierro la llave del agua y ahora solo se escuchan los sonidos guturales emitidos por mi garganta siendo taladrada por sus 19 cm de macho, y los jadeos que él emite por el placer que le estoy dando.

- Uffff, qué bien la chupas, putito. Cómete toda mi verga.

Me esfuerzo por darle el mejor sexo oral de su vida, trato de poner en práctica todo lo que había aprendido de Xvideos. Por la magnitud de sus jadeos, lo está disfrutando de manera inmensurable. 

Siento que un escupitajo cae en mi rostro. – Qué perra te ves con mi verga en tu boca, hoy vas a ser mío sí o sí, y te voy a llenar el culito de leche.

Me agarra de los brazos y hace que me levante, me clava un beso que me da un morbo interminable. Su lengua recorre mi paladar, mis ojos están cerrados. A Este punto ya solo me dejo llevar, mientras su lengua cobra vida propia dentro de mi boca. Sus labios son tan deliciosos y carnosos, que me dan demasiado placer. ¡Hazme todo lo que quieras!, pensé para mí.

Después de unos minutos sale de la ducha y me toma de la mano. Todavía algo mojados, salimos del baño y nos vamos a mi cama, me lanza con sus fuertes brazos y quedo boca arriba mirando su hermoso cuerpo marcado por el gym. Su verga parece que va a explotar de la excitación. 

Me toma de las piernas. En un ademán de dos segundos me voltea sobre la cama, dejando mi culito redondito a su merced. Lo escucho jadear. Inmediatamente siento dos fuertes nalgadas que deben haberse escuchado en toda la casa. Con sus dos manos me atrae hacia él, y yo quedo en 4 con el culo puesto a su disposición.

- ¡Qué delicia de culo que tienes! ¡Lo voy a hacer todo mío!

Pronuncia esta frase, y tras ello, siento un primer lengüetazo que me hizo sentir tan suyo. Nunca nadie me había lamido el hoyito de esa manera. Viene un segundo lengüetazo, y un tercero, 

hasta que perdí la cuenta. El placer nuevamente se apodera de mí.

Después de varios minutos de darme el mejor beso negro de mi vida, se levanta y hace que le vuelva a comer la verga, que ya se estaba haciendo extrañar en mi paladar. De una me la meto toda en la boca y el gime como un semental. La ensalivo bien porque sé que tremenda bestia me va a desgarrar el ano.

Acuéstate boca arriba, lo escucho decir. Solo atino a obedecerle. A este punto yo soy su sumiso y hago caso a todas sus órdenes.

- Ahora vas a saber lo que es que te cache un macho de verdad.

Acto seguido, coloca la punta de su verga en mi ano y empieza a ejercer presión. Lo siento abriéndose paso dentro de mí, lento, pero firmemente. Mis manos agarran las sábanas blancas de mi cama, que ahora estaba siendo testigo de la mejor follada de mi vida. Empiezo a sentir dolor, combinado un muchísimo placer, pero Will tiene mi culo agarrado con una de sus manos, y con la otra me agarra el cuello y acerca su boca a mi oído. Shhh, tranquilo, precioso. Ya casi está toda dentro. Posterior a ello, me clava un beso apasionado como si de una novela romántica se tratara.

Su pelvis choca con mis nalgas, tengo toda su verga venosa dentro de mi ser. Pero no por mucho tiempo. Siento que la saca, dejándome un vacío profundo en el interior. Lo miro, sus ojos están cerrados.

De inmediato siento como si me hubieran partido en dos, porque me vuelve a meter la verga de una sola embestida. Emito un grito de dolor.

- Agrhhhhhh!!!, grito desesperado.

- Shhhh, tranquila, perrita. Era esto lo que querías, ¿verdad? Entonces aguanta, puta de mierda.

Siento cómo me rompe el culo con sus embestidas, y el dolor rápidamente se va transformando en placer. La habitación huele a sexo, a lujuria, a placer.

Aun con su verga dentro, me voltea y me pone sobre la esquina de la cama. Ves como te la comes todita, precioso. Eres mío, y así será de ahora en adelante. Lo escucho decir salido de control. Estoy en la esquina de la cama siendo taladrado por el que hasta hace unos instantes,era mi amigo de la universidad. Sus embestidas eran cada vez más fuertes, y mi verga estaba a punto de estallar.

- Oh sí, Will, dame duro. Cógeme y hazme tuyo. Dame tu verga, por favor. Métemela.

No aguanté más, mi próstata había sido tan bien estimulada por su verga que me empiezo a correr sin tocarme, siento la fricción de mi verga botando chorros de leche sobre las sábanas mientras yo jadeo de cansancio y placer. Estoy bañado en sudor. Pero, un silencio rotundo se apodera de la habitación. Acto seguido, escucho la puerta de mi habitación, abro los ojos y me encuentro con el rostro desencajado de mi padre, quien me pregunta:

- ¿Quién es Will?

---Continuará---

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